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miércoles, 31 de diciembre de 2014





Se desacoplaron los cuerpos y empezaron a navegar los continentes entre sus aguas. Crecieron y se plegaron las pieles. Al almendro le cogieron sus almendras y alimentaron a diez mil familias enteras. Leche, lluvia, sudor y piedras. Hubo un río antes de secarse, y un manantial que parecía eterno. Lento. No hay agua sino arena. Y tu cuerpo es ahora borroso, una visión poco nítida de toda imagen. Todo, unidas las manchas, acopladas. Nada. Ya no hay forma.